El país necesita urgentemente de personas que siembren ideales gigantescos de beneficio comunitario para cosechar frutos abundantes en el futuro y garanticen una vida con dignidad y especialmente en paz para todos los asociados.
Así lo hizo un grupo de hombres y mujeres de Tuluá, pensando en una juventud, que en ese entonces, hace 50 años, tenía pocas posibilidades de continuar sus estudios después del bachillerato, lograran escalar en el sistema educativo y poder hacer realidad sus sueños mediante la práctica de una profesión al servicio de la sociedad, tulueña, regional, nacional e internacional.
Fue un esfuerzo titánico, no ajeno a las luchas y conflictos propios de un proyecto inmenso y de beneficio común, pero se encontró con la entereza, fortaleza y visión futurista de de unos pocos líderes a quienes ahora se les recuerda con agradecimiento porque no cedieron ni se rindieron ante el reto más importante realizado en esta región de carácter educativo que hoy vemos sus frutos abundantes, cuando son los propios egresados que participan activamente en un proceso que no tiene reversa, en cuanto que ha recibido el respaldo unánime de los sectores público y privado no solo del municipio tulueño, sino también de la región y de la Nación.
Es ver patente la realización de un proyecto concreto, cuando en ese amanecer de 1971 se diseñaban los primeros programas y nació la Unidad Central del Valle, con las carreras de Derecho y Ciencias Sociales para contar actualmente con 16 programas de pregrado, dos de ellos acreditados de Alta Calidad y 8 programas de formación posgradual, tres de ellos maestrías, los cuales pertenecen a cinco facultades, en donde se forman muchos hijos de vallecaucanos con altos conocimientos técnicos y sustentos morales para un ejercicio profesional íntegro y de gran impacto social.
Hoy la Uceva es un faro de luz hacia el mundo en donde se realizan actividades que iluminan el camino de la sociedad, no solo tulueña, sino regional y nacional, tal como lo hemos reiterado en estas páginas a través de los años, gracias al esfuerzo mancomunado de los directivos, docentes y los propios estudiantes que lentamente han asumido su responsabilidad con sentido de pertenencia por la institución y que realmente son el alma y nervio de la misma, sin cuyo apoyo no se hubiera podido alcanzar las metas y definir su futuro.
Nos unimos al júbilo que se vive en el alma mater y al agradecimiento de la comunidad universitaria a su fundador y primer rector, Néstor Grajales López, a sus sucesores, Carlos María Lozano Colonia, Israel Moreno Cruz, Jairo Gutiérrez Obando y el actual, Juan Carlos Urriago Fontal, todos han contribuido al fortalecimiento y progreso cuantitativo y cualitativo de la Uceva y nos alegramos y compartimos ese entusiasmo y afecto, al ver palpable el fruto de sus esfuerzos jamás perdidos y nunca olvidados.
Observar hoy a los estudiantes y profesionales que con agraciado orgullo, ofrecen sus servicios en muchísimas empresas de diversos sectores de la sociedad, nos complace enormemente y permanecemos firmes en su apoyo irreductible hacia los proyectos a corto, mediano y largo plazo, pues la educación no se detiene jamás en la historia, muy especialmente cuando los retos próximos son cada vez más difíciles en el complejo mundo globalizado.